domingo, 15 de julio de 2012

ESCLAVOS


El amor, a menudo, cuando lo “mal entendemos” nos esclaviza.  Cuando el vínculo entre dos personas no es correspondido en intensidad -que no en cualidad- tiende a generar relaciones de dependencia y esclavitud donde; uno se siente en deuda porque nunca está a la altura del que está en frente y; el otro, se sabe poseedor de la voluntad del que le mira al otro lado buscando complacerle. 

Los hijos, al igual que muchos adultos,  a veces esclavizan. Es tal nuestra necesidad de saberlos felices, satisfechos, bien –para con nosotros, que sin ellos no sabríamos vivir-; que con frecuencia nos volcamos en dar todo, aceptarlo todo, validarlo todo,… A veces nos olvidamos que todo amor acompasado y maduro también pide, demanda y exige al ritmo que da…Por eso el amor es un sentimiento que necesita cierta correspondencia en respeto y compromiso, no para amarte en igual medida ni mucho menos, sino para entender el valor de tu amor y cuidarlo a sabiendas del regalo que es su ofrecimiento. 

Dicen que no hay esclavo que no sueñe con escapar y al final resulta que si no nos cuidamos le pasamos facturas a la vida. Pero la vida sólo se vive una vez y no tiene efecto retroactivo. Aprendamos a amar en la justa medida. Pidamos ser amados de la misma forma. Iremos encontrando el camino y el suave equilibrio. 

Mi disciplina hoy no ha funcionado adecuadamente, exploraremos los motivos…

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