martes, 22 de mayo de 2012

LA FAMILIA...

...es un cable a tierra como dice la canción.
...es un compromiso, de los buenos.
...es una certeza, sin sombras.
...es un oasis en tiempos de calor abrasador.
 ...y es, sobretodo, un don.

Yo nunca pensé en la familia. Yo era yo y mis circunstancias. Sin hacer el mal pero pensándome en solitario. Cuando mi primer sobrino comenzó a crecer y a hablar y me llamó tía por primera vez esperando de mi esa envergadura familiar yo sentí una enorme responsabilidad y empecé a pensar en lo que significaba ser parte de una familia.
 A., mi sobrino, no lo tuvo fácil familiarmente hablando, al comienzo de su vida, pero entre todos logramos darle un giro a la historia. Tenerle cerca es el germen de mi maternidad.  Hace una década que la familia es la familia, y luego yo, como una pieza más. 
Mi familia siempre estuvo lejos por eso he tenido la suerte de tener varias a lo largo de estos años. Esas familia adoptivas me han querido y se han dejado querer. Me cobijaron física y emocionalmente y con ello me dieron certezas. Menos mal que he podido ser madre, hija, tía y hermana. Incluso cuñada. Como esto es cosa de dos, cada día cuando lo pienso agradezco el haber tenido con quien ejercer de...
Este fin de semana he estado con mis hermanos y sobrinos emocionales; con mi compañero de vida, que lo será siempre. Gracias familia.


sábado, 5 de mayo de 2012

EDUCAR...

He vuelto a tener una semana muy consciente de los esfuerzos que supone la tarea de educar. La educación es algo de todos los días y de todas las horas. Y a veces no tenemos fuerzas para hacerlo, a veces nos asaltan las dudas, sobretodo cuando el camino elegido no parece conducirnos al sitio que buscamos. Me agoto cuando al otro lado, de entrada, quien me acompaña en este camino, solo entiende el mundo hecho inicialmente de contrarios. Y de contrarios intensos como es ella. Para la bella H. el mundo académico sólo se mueve entre el "no me lo sé" y el "lo sé todo". Ambas, expresiones que reflejan que nos hemos rendido y no hay más trabajo que hacer. Qué ejercicio cotidiano de serenidad me supone el hacer que prolongue su esfuerzo, su análisis, su reflexión. Lo reconozco, no me gusta la gente que no se esfuerza.


Cómo ayudarla a transitar ese camino con el necesario esfuerzo, con la prudente espera. El camino del fracaso al éxito es un camino que nos ayuda a crecer en muchos planos. Transitándolo somos conscientes de que en nuestras manos esta la posibilidad de transformar las cosas que nos rodean y el impacto que ellas tienen en nuestra vida. 


Detente hija, que en la vida no todo es correr!. Mira, lee, piensa, intuye, aproxímate, y entonces, sólo entonces, acrcate a la respuesta. Tendrás mayores probabilidades de éxito y sobretodo habrás disfrutado del camino.

Así que el camino se presenta largo, que no es lo que temo. Toda larga caminata comienza con un paso. Sólo espero que no se presente amargo pero no son buenos tiempos para darte esas garantías. 

Tenemos muchos medios y posibilidades pero ciertamente estas sólo compensan o enriquecen la presencia fundamental del que tengas como educador oficial. Extraño a los maestros con vocación, a ver si pasamos página, que a la actual apenas hemos logrado sobrevivirla. Espero que en este caso, no aplique el refrán "Alguien vendrá, que bueno te hará". Pero incluso en ese caso, somos dos de tres. Es decir, somos más...y por supuesto, mejores.