viernes, 31 de julio de 2015

NACER MUJER

En estos días sin obligaciones ni horarios vitales me he dedicado, entre otras cosas, a ver películas. Es una de las cosas que más hacía y he dejado de hacer con la maternidad... porque no me sobra el tiempo y porque, aunque lo intento, el cansancio me vence y me quedo dormida apenas me relajo en silencio. Así, cuando aparece la oportunidad, incluso a veces la buena compañía, yo me dejo llevar por las otras historias y las otras vidas que tanto me hacen sentir y pensar, disfrutando de ese eco que resuena en mi interior, casi siempre moviendome de mi zona de confort. 


Dos de las películas que he visto estos días me hablan de lo que significa ser mujer en otros lugares del mundo. Desde la mirada de dos niñas que pronto dejaran de serlo. En todos los sentidos. 

 














Recibí emocionada la noticia de la asignación de mi hija. Mentiría si dijera que no prefería una niña aunque creo que hubiera querido con igual intensidad al niño que me hubieran asignado. Una niña, en medio de tantos niños (en la familia abundan los chicos), es una alegría que se duplica, incluso se multiplica. Celebramos su llegada y, además, su género.

Nacida mujer. Que alegría!. Mucho que celebrar y mucho aún por lo que luchar.

Cada tres segundos una niña en el mundo es obligada a casarse antes de haber cumplido los 18, la de edad en que se las considera adultas, según la Convención de los Derechos del Niño. Casi una de cada cuatro adolescentes de entre 15 y 19 años del planeta —70 millones— han sido víctimas de violencia física; cada diez minutos, muere una por ello. En los países en desarrollo, la principal causa de fallecimiento de chicas son las complicaciones derivadas del embarazo y el parto: 50.000 pierden la vida cada año. Unos 140 millones de pequeñas y mujeres han sufrido mutilación genital femenina, un número que aumenta en dos millones cada año... Todos estos datos son solo un puñado de los muchos recogidos en el informe - See more at: http://elpais.com/elpais/2014/10/10/planeta_futuro/1412954575_928101.html#sthash.7p2JqCaE.dpufLa adopción vista desde el antes, pero sobretodo desde el después, tiene muchos claroscuros que cada uno de nosotros gestiona desde donde puede y sabe. Desde donde se responabiliza

A veces, entre mis claroscuros adoptivos, me asalta esa ligera culpa de haberla privado de lo que supone el crecer entre los suyos, con sus raíces, con la capacidad de reconocerse en el espejo del otro que tiene en frente.... Pero entonces leo, escucho, pienso. Medito y pongo en la balanza y me matizo porque soy consciente de quizás haberla salvaguardado de otras circunstancias...

Ser mujer o ser hombre implica unos retos específicos ligados a tu género y al rol asociado a él según tu cultura....Y a veces son tremendos...

"Cada tres segundos una niña en el mundo es obligada a casarse antes de haber cumplido los 18, la de edad en que se las considera adultas, según la Convención de los Derechos del Niño. Casi una de cada cuatro adolescentes de entre 15 y 19 años del planeta —70 millones— han sido víctimas de violencia física; cada diez minutos, muere una por ello. En los países en desarrollo, la principal causa de fallecimiento de chicas son las complicaciones derivadas del embarazo y el parto: 50.000 pierden la vida cada año. Unos 140 millones de pequeñas y mujeres han sufrido mutilación genital femenina, un número que aumenta en dos millones cada año... "...y podemos seguir.  Todos estos datos son solo un puñado de los muchos recogidos en el informe “Estado Mundial de las Niñas 2014” que se puede consultar aquí
Cada tres segundos una niña en el mundo es obligada a casarse antes de haber cumplido los 18, la de edad en que se las considera adultas, según la Convención de los Derechos del Niño. Casi una de cada cuatro adolescentes de entre 15 y 19 años del planeta —70 millones— han sido víctimas de violencia física; cada diez minutos, muere una por ello. En los países en desarrollo, la principal causa de fallecimiento de chicas son las complicaciones derivadas del embarazo y el parto: 50.000 pierden la vida cada año. Unos 140 millones de pequeñas y mujeres han sufrido mutilación genital femenina, un número que aumenta en dos millones cada año... Todos estos datos son solo un puñado de los muchos recogidos en el informe - See more at: http://elpais.com/elpais/2014/10/10/planeta_futuro/1412954575_928101.html#sthash.7p2JqCaE.dpuf



Tremendo.

Celebro ser mujer y la celebro a ella. Es fácil hacerlo estando en este lado del mundo pero no me salva de sentir el dolor de otras mujeres, en muchas partes del mundo donde nacer mujer es una tragedia; ni me hace menos consciente de que aquí, en este lado del susodicho mundo, también queda mucho por hacer...



domingo, 19 de julio de 2015

AGENDA

Me sé el número de teléfono de la casa de mis padres y el de la mía, dudando a veces, porque ese lo uso poco.

Podría reconocer con dudas alguno más...hasta allí llego.

Me sé mi teléfono móvil y ninguno más. Tendré que aprenderme el de H. cuando lo tenga y espero tardar un poco en dárselo.

Si pierdo la agenda de teléfonos, mi escasa memoria me dejará incomunicada. Por suerte, hoy en día hay otros medios y otras habilidades para poder recuperar los números, pero seguramente serán sólo aquellos que hayan sobrevivido el paso del tiempo. Recuperaré los que tenga en el móvil.

Mi agenda de teléfonos en papel tiene más de veinte años...Y a veces, cuando la veo, cuando recurro a ella, sonrío. No es una agenda es simplemente un cuadernillo de papel reciclado, de hojas muy finas, algunas ya sueltas. En ellas he ido apuntando números de teléfono y direcciones de veinte años de vida...que digo veinte, deben ser treinta o cuarenta porque cuando la empecé...hace veinte, ya apunté los acumulados en años previos.



Recuerdo aquellas tardes en tu compañía, en aquel piso sin muebles que parecía un chollo*. Nuevo, bien situado, a estrenar pero... sin muebles. Ninguno de los tres los necesitó. Con lo que teníamos sobrevivimos aquel año. Uno de los más importantes de mi vida. Aquella vida contigo, aquellas charlas, se convirteron en un acicate para cambiar la mia. A mejor. Y también la tuya. Por eso seguimos aquí juntos, aunque separados.

Pues sí, recuerdo aquellas tardes, cortando las esquinas del cuadernillo con un cúter para poder identificar las letras, escribiendo en verde y rojo; nombres, teléfonos, direcciones (de aquellas escribir cartas y postales, aún era un placer que me permitía). Cada cierto tiempo pienso que debo cambiarla, actualizarla, pero casi nunca empiezo. Bueno sí empiezo, pero no termino...

Hace unos años hice el mejor de los intentos. Organicé el primer paso: tachar las que no tendría que pasar, aquellas que no eran actuales, aquellos con los que ya no tendría contacto, aquellos -algunos- que ni siquiera reconocía quienes eran!!!. Terminé agotada y con dolor de corazón; decidida a no desprenderme nunca de mi vieja agenda que contenía tanta vida...tantos recuerdos...tanta gente que fue, es y algunos seguirán siendo, tremendamente significativos...

Una agenda que atesora afectos en tres continentes, veinte países, casi un centenar de ciudades. Ciudades que tienen rostros, vidas compartidas, recuerdos permanentes o fugaces pero vida al fin y al cabo. Me cuesta "hacer limpieza de números". Cada vez que lo intento, con cada nombre, aparece un recuerdo. La mente y el corazón se van de paseo a revivir y yo, siempre dada a la ensoñación, me emociono pensando en esos compañeros de viaje y en toda esa vida. Que suerte tengo.


Me pregunto ahora... a mi ¿quién podrá seguirme la pista?...me faltan algunos años para cumplir cincuenta...he tenido nueve hogares y uno más de préstamo (el familiar, al que siempre se puede volver). No sé cuántos números de teléfono fijo porque creo que no tuve en todas las casas en las que he vivido (qué memoria desdibujada la mía), y sólo dos móviles, uno laboral (cuando trabajé en cooperación) y el actual...ese otro que, como mi agenda, atesora teléfonos que no me sé. Por suerte, sigo recordando quienes son todos los que están allí.

Y que la vida me dan. Aunque no les llame nunca. No me gusta hablar por teléfono. Me gusta escribir. Aunque ya no escribo cartas, otra asignatura pendiente. Las redes sociales que nos han hecho mucho bien pero también han traído algunos males....

* Según la RAE "Cosa apreciable que se adquiere a poca costa"



sábado, 18 de julio de 2015

DE PARTO

S. ha sido madre por primera vez hace unos días. Pregunté por ella, que había tenido un embarazo tan radiante. Está bien, feliz, con su pequeño que es un santo, pero está cansada. Han sido veinte horas de parto.

En estos días recuerdo el mio. Duró casi un mes, el parto, digo. Que el embarazo administrativo duró algo más de año y medio. Mi parto es el mes que pasó entre ver la foto de la niña que me habían asignado, confirmar con todos los datos disponibles que quería ser su madre, que un juicio ratificara en una sentencia que todos estaban de acuerdo con esa decisión, ir a su encuentro y abrazarla por primera vez. Un parto.

En ese largo mes mi vida cambio para siempre. Y cada día soy más consciente de ello.

Buena parte de ese mes, que ocupa buena parte del mes de julio y los primeros días de agosto; en los últimos años lo he pasado sola pues H. está de campamento. Tengo mucho tiempo para pensar en él, sin ruido y sin obligaciones, sin horarios, con trasnochos, voces adultas, mucho cine, comidas a deshoras, caminatas, improvisando (y cada día más...). Pienso en ella claro está, pero desde la certeza de su felicidad, me dedico a recrearme en una vida solo mía para bien y para mal.

De aquel mes recuerdo la indescriptible emoción de su llegada. De su llegada con nombre y apellido. Con ese nombre precioso, sencillo, pronunciable, ante el que caí rendida sin importar los planes previos. De su celebrada llegada "es una niña", sabiendo que de haber sido niño lo quería con la misma fuerza. Recuerdo los amores con P. ajeno a toda esta historia y que sin embargo cobijó con sus brazos y su sonrisa mis horas de espera para hacerlas cortas, redescubriendo con él que finalmente las noches tenían mañanas que les seguían y que también eran mías. 

Recuerdo las llamadas, las cartas, los apoyos,...ese movimiento de afecto colectivo que me daba unas fuerzas extraordinarias para emprender ese viaje emocional que no tiene un viaje de vuelta, en el que siempre se va hacia adelante. Recuerdo la organización de los detalles del viaje y te recuerdo a ti, ahora recién estrenado como padre, acompañandome como siempre, "en la salud y en la enfermedad. En la riqueza y en la pobreza".... En la valentía y en los temores. 

Y la recuerdo a ella, desde la primera foto, ajena a mi. De gesto serio, mirada triste pero intensa...y recuerdo la siguiente, con la sonrisa más perfecta que había visto nunca, mientras se acercaba sonriente extendiendo sus brazos. Amor 1-Miedo 0. Empezamos bien.


Recuerdo ese mes y pienso en este. Pienso en P. y extraño las cosas dulces que vivimos, en ese y otros veranos siguientes. Y pienso en ti mientras te veo convertirte en mujer. Mientras veo esa enorme sonrisa de la que eres dueña, brillar y aparecer en cada una de las fotos de las ultimas semanas. Te veo crecer a pasos agigantados. Lo haces por fuera, y es justo decir, que también por dentro. Creces, como vives. Corriendo.Y yo trato de seguirte.

¿Para qué servirán un parto de veinte horas y un embarazo de tantos años?...entre otras cosas para reafirmar el amor. Porque cuando tienes a tu hijo delante (también creo que pasa con los sobrinos :-)...) la vida se relativiza, se redimensiona, se transforma o se vuelve del revés como dice mi otra amiga S. que también ha celebrado en estos días su maternidad adoptiva. Sirve para saber que vas a estar allí para siempre. Aunque a veces la vida te enseñe que puede que no sea así para todo el mundo.

En estos días, en este mes, el telediario -y mi vida- están llenos de madres. De buenas y malas madres. De las biológicas, que han hecho cosas terribles, aparentemente malas muy malas -que alguien nos cuente la parte que no sale en el telediario-. De las Adoptivas, que parecen buenas pero ¿recordais las mismas noticias? también las hay malas muy malas. 

Y finalmente de las madres subrogadas, que no sabemos aún en que lugar colocar...y yo pienso en sus hijos, en lo que ellos piensan y sienten al respecto de ellas. Pienso en las madres que les traen al mundo, en un parto breve (como la mía) o largo como el de S. En un parto biológico como el de S., o en uno administrativo como el mío, y en esos otros que lo mezclan, dejándonos un poco a la deriva en lo ético, en lo moral, en lo valido, en lo posible....

Y en todos los casos sólo espero que sus hijos, nuestros hijos, sean capaces de llegar a buen puerto. Una vida, medianamente plena y serena, sobretodo respecto a sus orígenes y su identidad. 

Y pienso en el buen puerto, porque no puedo más con mis ganas de Mar.